Capítulo IV
Un tema recurrente en los pasajes que hemos venido considerando es que el abandono del aferramiento / sustento se efectúa a través del conocimiento.
‘Estos cuatro [modos de] sustento ¿Qué tienen como su causa? ¿Qué tienen como su origen? ¿De qué nacen? ¿De qué surgen? Estos cuatro [modos de] sustento tienen el ansia como su causa, el ansia como su origen, nacen del ansia y surgen del ansia.
‘Y ¿qué tiene el ansia como su causa…?… sensación… y ¿qué tiene la sensación como su causa…?… contacto… Y ¿qué tiene el contacto como su causa…?… las seis esferas sensoriales… Y ¿qué tienen las seis esferas sensoriales como su causa…?… nombre y forma… Y ¿qué tienen nombre y forma como su causa…?… conciencia… Y ¿qué tiene la conciencia como su causa…?… fabricaciones… Y ¿qué tienen las fabricaciones como su causa…?… ignorancia…
‘Y, monjes, tan pronto como se abandona la ignorancia en un monje, y surge el conocimiento claro, él—con la disipación de la ignorancia y el surgimiento del conocimiento claro—no se aferra ni a la sensualidad como sustento, ni a perspectivas como sustento, ni a costumbres y prácticas como sustento, ni a doctrinas del yo como sustento. Al no aferrarse [al no estar sustentado], no se agita. Al no estar agitado, se desata completamente en su interior. Discierne que “El nacimiento terminó, la vida sagrada ha sido consumada, la tarea cumplida. No hay nada más que hacer en este mundo”’.
La palabra vijjā—traducida aquí como conocimiento claro—también significa ‘ciencia’, y así como la ciencia conlleva un método, hay un método—una disciplina—subyacente al conocimiento que conduce al Desatamiento. Este método se describe en el Canon a partir de una serie de perspectivas, cada una haciendo hincapié en diferentes aspectos de los pasos a seguir. Sin embargo, la fórmula estándar es el noble óctuple sendero, también conocido como la vía media.
‘Hay estos dos extremos que quien ha abandonado el hogar no debe permitirse. ¿Cuáles dos? El dedicado al placer sensual en conexión con la sensualidad: bajo, vulgar, común, innoble, sin beneficio; y el dedicado a la auto-aflicción: doloroso, innoble, sin beneficio. Al evitar estos dos extremos, la vía media descubierta por el Tathāgata—produciendo visión, produciendo conocimiento—conduce a la calma, a la comprensión directa, al auto-despertar, al Desatamiento.
‘¿Y cuál es la vía media descubierta por el Tathāgata que—produciendo visión, produciendo conocimiento—conduce a la calma, a la comprensión directa, al auto-despertar, al Desatamiento? Exactamente este noble óctuple sendero: perspectiva correcta, propósito correcto, habla correcta, acción correcta, modo de vida correcto, esfuerzo correcto, sati correcta, concentración correcta’.
Los ocho factores del sendero se sitúan bajo tres encabezados: los dos primeros bajo el discernimiento, los siguientes tres bajo la virtud, y los tres finales bajo la concentración. Estos tres encabezados se denominan la triple formación. La dinámica entre ellos, que conduce a la comprensión y visión de la liberación, corresponde a causas y efectos naturales.
‘Es natural que en una persona virtuosa, de virtud consumada, surja la libertad de remordimiento… Es natural que en una persona libre de remordimiento, surja la alegría… que en una persona alegre, surja la plenitud… que en una persona con plenitud, el cuerpo se calme… que una persona con el cuerpo en calma sienta placer… que la mente de una persona que siente placer se concentre … que la mente de una persona concentrada vea las cosas como han venido a ser… que una persona que ve las cosas como han venido a ser se vuelva desencantada…que una persona desencantada se vuelva desapasionada… que una persona desapasionada experimente el conocimiento y visión de la liberación’.
De acuerdo con la descripción estándar del noble óctuple sendero, el encabezado del discernimiento incluye ver las cosas en términos de las cuatro nobles verdades sobre la tensión y el mantenimiento del propósito de liberarse a sí mismo de la sensualidad, de abandonar la mala voluntad y de evitar causar daño. La virtud incluye abstenerse de mentir, de palabras que causen división, de palabras duras y de palabras triviales; abstenerse de matar, de robar y tener relaciones sexuales ilícitas; y de involucrarse en formas deshonestas o abusivas de ganarse la vida tales como el comercio de venenos, esclavos, armas, sustancias intoxicantes o carne de animal.
Los factores que encajan en la concentración, sin embargo, son algo más complejos.
‘¿Y qué, monjes, es el esfuerzo correcto? Se da el caso de un monje que genera deseo, se esfuerza, suscita persistencia, mantiene y defiende su intención en aras de que no surjan cualidades malas e inhábiles que aún no han surgido… en aras de abandonar cualidades malas e inhábiles que han surgido… en aras de que surjan cualidades hábiles que aún no han surgido… (y) por la conservación, no-confusión, incremento, abundancia, desarrollo y culminación de cualidades hábiles que han surgido. Esto, monjes, es el esfuerzo correcto.
‘¿Y qué es la sati correcta? Se da el caso de un monje que permanece enfocado en el cuerpo en y por sí mismo—empeñado, vigilante y con sati—sometiendo la codicia y la angustia en relación con el mundo. Permanece enfocado en las sensaciones en y por sí mismas…. Permanece enfocado en la mente en y por sí misma…. Permanece enfocado en las cualidades mentales en y por sí mismas—empeñado, vigilante y con sati—sometiendo la codicia y la angustia en relación con el mundo.
‘Así, o internamente permanece enfocado en el cuerpo en y por sí mismo, o externamente… o tanto interna como externamente… o si no, permanece enfocado en el fenómeno del surgimiento en relación con el cuerpo… o el fenómeno de desvanecimiento en relación con el cuerpo… o el fenómeno del surgimiento y desvanecimiento en relación con el cuerpo; o su sati de que “Hay un cuerpo”, se mantiene únicamente en razón del conocimiento y remembranza; y permanece independiente, sin sustentarse en [sin aferrarse a] nada en el mundo. [Del mismo modo con las sensaciones, la mente y las cualidades mentales.]’
(Ver Ud 1:10, arriba, instrucciones a Bāhiya)
La concentración correcta es la práctica de los cuatro niveles básicos de jhāna.
Estos tres factores son partes componentes de un todo único. De hecho, el equilibrio de su interrelación es lo que los hace ‘correctos’. El primer nivel de jhāna requiere el abandono de cualidades mentales inhábiles (los impedimentos*) que es parte del deber del esfuerzo correcto; y, como vimos en la descripción de la meditación en la respiración, jhāna comienza con la sati del presente. A medida que jhāna se practica y se domina, cualidades mentales hábiles (tales como los factores para el Despertar*) se fomentan y mantienen; los procesos físicos se equilibran de manera que las cualidades mentales puedan llegar a ser claramente evidentes mientras suceden; la sati se purifica con la consecución del cuarto nivel de jhāna, y se desarrollan todos los cuatro establecimientos de la sati.
‘Monjes, en cualquier ocasión en que un monje, al hacer una inspiración larga discierne que, “Estoy haciendo una inspiración larga”, o que al hacer una espiración larga discierne que, “Estoy haciendo una espiración larga”. O que al hacer una inspiración corta discierne que, “Estoy haciendo una inspiración corta”, o que al hacer una espiración corta discierne que, “Estoy haciendo una espiración corta”. Se entrena, “Inspiraré…y… espiraré sensible al cuerpo entero”; se entrena, “Inspiraré…y… espiraré apaciguando la fabricación corporal”. Monjes, en esa ocasión el monje permanece enfocado en el cuerpo en y por sí mismo—empeñado, vigilante y con sati—sometiendo la codicia y la angustia en relación con el mundo….
‘En cualquier ocasión en que un monje se entrena, “Inspiraré…y… espiraré sensible a la plenitud”; se entrena, “Inspiraré…y… espiraré sensible al placer”; se entrena, “Inspiraré…y… espiraré sensible a la fabricación mental”; se entrena, “Inspiraré…y… espiraré calmando la fabricación mental”. En esa ocasión, el monje permanece enfocado en las sensaciones en y por sí mismas—empeñado, vigilante y con sati—sometiendo la codicia y la angustia en relación con el mundo….
‘En cualquier ocasión en que un monje se entrena, “Inspiraré…y… espiraré sensible a la mente”; se entrena, “Inspiraré…y… espiraré alegrando la mente”; se entrena, “Inspiraré…y… espiraré estabilizando la mente”; se entrena “Inspiraré…y… espiraré liberando la mente”. En esa ocasión, el monje permanece enfocado en la mente en y por sí misma—empeñado, vigilante y con sati—sometiendo la codicia y la angustia en relación con el mundo….
‘En cualquier ocasión en que un monje se entrena, “Inspiraré…y… espiraré enfocado en la inconstancia”; se entrena, “Inspiraré…y… espiraré enfocado en el desapasionamiento”; se entrena, “Inspiraré…y… espiraré enfocado en la cesación”; se entrena, “Inspiraré…y… espiraré enfocado en abandonar”. En esa ocasión, el monje permanece enfocado en las cualidades mentales en y por sí mismas—empeñado, vigilante y con sati—sometiendo la codicia y la angustia en relación con el mundo’.
En el Gran Discurso del Establecimiento de la Sati, el Buddha describe la sati de las cualidades mentales en y por sí mismas, en parte, en términos de los impedimentos y de los factores para el Despertar, cualidades que, respectivamente, se dejan a un lado y se fomentan en la práctica de jhāna.
‘¿Y cómo un monje permanece enfocado en cualidades mentales en y por sí mismas en relación con los cinco impedimentos? Se da el caso en que, al haber deseo sensual en su interior, un monje discierne que, “Hay deseo sensual presente en mi interior”; o, al no haber deseo sensual en su interior, discierne que, “No hay deseo sensual en mi interior”. Discierne cómo surge el deseo sensual que no ha surgido, y discierne cómo se abandona el deseo sensual una vez que ha surgido, y discierne cómo no se manifiesta más en el futuro el deseo sensual que se ha abandonado. [La misma fórmula se repite en relación con el resto de los impedimentos: mala voluntad, embotamiento y letargo, agitación y ansiedad, e incertidumbre.]…
‘¿Y cómo un monje permanece enfocado en cualidades mentales en y por sí mismas en relación con los siete factores para el Despertar? Se da el caso en que, al haber sati en su interior como factor para el Despertar, un monje discierne que, “La sati como factor para el Despertar está presente en mi interior”; o al no haber sati como factor para el Despertar en su interior, un monje discierne que, “La sati como factor para el Despertar no está presente en mi interior”. Discierne cómo surge la sati como factor para el Despertar que no ha surgido; y discierne cómo se desarrolla y se culmina la sati como factor para el Despertar una vez que ha surgido. [La misma fórmula se repite en relación con el resto de los factores para el Despertar: análisis de los fenómenos, persistencia, plenitud, calma, concentración y ecuanimidad.]’
Así, la práctica de la sati correcta no reprime cualidades mentales indeseables—a saber, no niega su presencia. Más bien las detecta a medida que acaecen, de modo que el fenómeno de su ocurrencia se puede entender. Una vez que se entienden por lo que son como fenómenos, pierden su poder y se pueden abandonar.
Sin embargo, la práctica de la sati se focaliza, no en la aparición fortuita de las cualidades mentales, sino en la eliminación de cualidades indeseables—los impedimentos—que obstruyen jhāna, y en el desarrollo de cualidades convenientes—los factores para el Despertar—que jhāna propicia. A medida que estos factores se fortalecen por la práctica continua de jhāna, dan origen a una conciencia más clara de los procesos sensoriales según acaecen. Los factores de plenitud, calma y ecuanimidad, al existir independientemente del registro de los cinco sentidos, hacen que la mente se involucre menos en los placeres sensoriales, y que sea menos propensa a la búsqueda de la satisfacción emocional a causa de los mismos. Los factores de la sati, investigación de los fenómenos, persistencia y concentración favorecen la perspicacia clara de los eventos que conforman la percepción sensorial.
Ver las actividades en el cuerpo y en la mente simplemente como eso—actividades condicionadas, surgiendo y desvaneciéndose—crea un sentido adicional de distancia, desencanto y des-identificación.
‘Al conocer y ver el ojo como ha venido a ser, al conocer y ver las formas… la conciencia al ojo… el contacto al ojo como ha venido a ser; al conocer y ver lo que surge condicionado por el contacto al ojo—que se experimenta como placer, dolor o ni placer ni dolor—como ha venido a ser, uno no se encapricha con el ojo… las formas… la conciencia al ojo… el contacto al ojo… lo que surge condicionado por el contacto al ojo y que se experimenta como placer, dolor o ni placer ni dolor….
‘Al conocer y ver el oído… Al conocer y ver la nariz… Al conocer y ver la lengua… Al conocer y ver el cuerpo….
‘Al conocer y ver el intelecto como ha venido a ser, al conocer y ver las ideas… la conciencia al intelecto…el contacto al intelecto como ha venido a ser, al conocer y ver lo que surge condicionado por el contacto al intelecto—que se experimenta como placer, dolor o ni placer ni dolor—como ha venido a ser, uno no se encapricha con el intelecto… las ideas… la conciencia al intelecto… el contacto al intelecto… lo que surge condicionado por el contacto al intelecto y que se experimenta como placer, dolor o ni placer ni dolor.
‘Para él—que permanece no encaprichado, desunido, no confundido—los cinco agregados del sustento se encaminan hacia una futura disminución. El ansia que lleva a más devenir—acompañada de pasión y deleite, disfrutando ahora aquí y entonces allá—la abandona. Sus perturbaciones corporales y mentales se abandonan. Sus aflicciones corporales y mentales se abandonan. Sus angustias corporales y mentales se abandonan. Es sensible tanto al solaz del cuerpo como al solaz de la conciencia.
‘Cualquier perspectiva proveniente de quien ha llegado a ser así es su perspectiva correcta. Cualquier propósito, su propósito correcto. Cualquier esfuerzo, su esfuerzo correcto. Cualquier sati, su sati correcta. Cualquier concentración, su concentración correcta: al igual que antes sus acciones, habla y modo de vida estaban ya purificados. Así, para él el noble óctuple sendero llega a la culminación de su desarrollo… los cuatro establecimientos de la sati llegan a la culminación de su desarrollo… los siete factores para el Despertar llegan a la culminación de su desarrollo; [y] para él estas dos cualidades acaecen a la par: tranquilidad y perspicacia’.
Con la unión de la tranquilidad y de la perspicacia en la culminación del camino, el Despertar acaece. El Canon registra muchos casos en que el Despertar es repentino y completo, y muchos otros en que ocurre por etapas. No se dice la razón de esta diferencia, pero tal vez en el Despertar repentino la mente atraviesa las diversas etapas en rápida sucesión. En cualquier caso, un breve vistazo a las etapas dará una idea de la dinámica del Desatamiento de la mente.
La lista estándar de las etapas provee cuatro y las describe según de cuántos de los diez grilletes la mente se deshace: (1) perspectiva de la auto-identidad, (2) incertidumbre (3) agarrar costumbres y prácticas, (4) pasión sensual, (5) irritación (6) pasión por la forma (7) pasión por lo informe, (8) presunción, (9) agitación e (10) ignorancia.
‘En esta comunidad de monjes, hay monjes que, con la total terminación de [los primeros] tres grilletes, son entrados-en-la-corriente, firmes, nunca más destinados a estados de privación, dirigidos hacia el auto-despertar….
‘En esta comunidad… hay monjes que, con la total terminación de [los primeros] tres grilletes y la mengua de la pasión, aversión y engaño, son regresados-únicos. Después de regresar sólo una vez a este mundo, pondrán fin a la tensión….
‘En esta comunidad… hay monjes que, con la total terminación de los cinco grilletes inferiores, están destinados a surgir espontáneamente [en las Moradas Puras], en donde se desatarán completamente para nunca más regresar de ese mundo….
‘En esta comunidad… hay monjes que son Arahants, cuyas fermentaciones han terminado, que han alcanzado la consumación, cumplida la tarea, dejado la carga, alcanzado el verdadero objetivo, destruido el grillete del devenir y están liberados a través de la gnosis correcta’.
Un modo alternativo de clasificación de las etapas enumera tres:
‘Se da el caso del monje que ha alcanzado plena consumación en relación con la virtud, una fracción de consumación en relación con la concentración y una fracción en relación con el discernimiento….
‘Se da el caso del monje que ha alcanzado plena consumación en relación con la virtud, plena consumación en relación con la concentración y una fracción de consumación en relación con el discernimiento….
‘Se da el caso del monje que ha alcanzado plena consumación en relación con la virtud, plena consumación en relación con la concentración y plena consumación en relación con el discernimiento. Con la terminación de las fermentaciones, permanece en la liberación sin fermentación de la conciencia y la liberación del discernimiento, al haberlas directamente conocido y alcanzado por sí mismo aquí y ahora’.
Como el texto deja claro, los entrados-en-la-corriente y los regresados-únicos son aquellos que han desarrollado por completo la virtud; los de no-retorno son aquellos que han desarrollado completamente la virtud y la concentración; y los Arahants son aquellos que han desarrollado por completo todas las tres partes del camino: virtud, concentración y discernimiento.
Sin embargo, esto no quiere decir que los entrados-en-la-corriente no hayan desarrollado el discernimiento en un grado bastante alto. De hecho, la definición invariable de entrada-en-la-corriente es que han ‘visto con discernimiento’, y su nivel del Despertar se llama el surgimiento del ojo del Dhamma. Lo que ven con este ojo del Dhamma se expresa siempre en los mismos términos:
A continuación, el Venerable Assaji dio esta exposición del Dhamma a Sāriputta el errante:
‘Cualesquiera fenómenos que surgen de una causa:
su causa
y su cesación.
Tal es la enseñanza del Tathāgata,
El Gran Contemplativo’.
A continuación, a Sāriputta el errante, al escuchar esta exposición del Dhamma, le surgió el desempolvado, inmaculado ojo del Dhamma: todo lo que está sujeto al origen está sujeto a la cesación.
Para que esta experiencia se realice, debe ocurrir tras un vislumbre de lo que se encuentra en oposición a ‘todo lo que está sujeto al origen’, es decir, el vislumbre de lo incondicionado—lo inmortal.
[De inmediato, después de ganar la entrada-en-la-corriente] Sāriputta el errante se acercó a Moggallāna el errante. Moggallāna el errante lo vio venir de lejos y, al verlo, le dijo, ‘Tus facultades son brillantes, mi amigo; tu aspecto es puro y claro. ¿Podría ser que hubieras alcanzado lo inmortal?’
‘Sí, amigo mío, lo he hecho…’.
Aunque su Despertar no es todavía completo, los entrados-en-la-corriente ven suficiente de lo inmortal como para eliminar toda incertidumbre sobre las enseñanzas del Buddha.
A Upāli el padre de familia, mientras estaba justo allí sentado, le surgió el desempolvado, inmaculado ojo del Dhamma: todo lo que está sujeto al origen está sujeto a la cesación. A continuación—al ver el Dhamma, al alcanzar el Dhamma, conocer el Dhamma, lograr establecerse en el Dhamma, al atravesar y cruzar más allá de la incertidumbre, sin más interrogantes—Upāli el padre de familia obtuvo confianza y se volvió independiente de los demás en relación con el mensaje del Maestro.
El vislumbre de lo inmortal también es suficiente como para convencer a los entrados-en-la-corriente de la futilidad de las perspectivas de identidad que se basan en los cinco agregados del sustento, todos los cuales caen bajo la categoría de ‘todo lo que está sujeto al origen’.
‘Māgandiya, es justo como si hubiera un hombre ciego que no pudiera ver objetos negros… blancos… azules… amarillos… rojos… el sol o la luna. Ahora, supón que un hombre tomara un trapo mugriento, manchado de aceite y lo engañara diciéndole, “Aquí tienes, buen hombre, una prenda blanca—hermosa, impecable y limpia”. El ciego la tomaría y se la pondría.
‘A continuación, supón que sus amigos, compañeros y familiares lo llevaran al doctor y éste lo tratara con medicina: depuraciones de arriba y depuraciones de abajo, ungüentos y bálsamos y tratamientos por la nariz; y gracias a la medicina aparecería su vista y se volvería clara. A continuación, con el surgimiento de su vista, abandonaría cualquier pasión y deleite por el trapo mugriento, manchado de aceite; y consideraría un enemigo y no un amigo en absoluto a aquel hombre y pensaría que merecía ser matado. “¡Caray! ¡Por cuánto tiempo he estado engañado, timado y embaucado por ese hombre y su trapo mugriento, manchado de aceite!—‘Aquí tienes, buen hombre, una prenda blanca, hermosa, impecable y limpia’.”
‘Del mismo modo, Māgandiya, si te enseñara el Dhamma—la liberación de la enfermedad, este Desatamiento—y tú por tu parte entendieras esa liberación de la enfermedad y vieras ese Desatamiento, entonces, junto con el surgimiento de tu vista, abandonarías cualquier pasión y deleite que sentías por los cinco agregados del sustento; y se te ocurriría: “¡Caray! ¡Por cuánto tiempo he estado engañado, timado y embaucado por esta mente! Ya que al aferrarme, era sólo a la forma que me aferraba… sólo a la sensación… sólo a la percepción… sólo a las fabricaciones… sólo a la conciencia que me aferraba. Con mi aferramiento como condición, hay el devenir… el nacimiento… el envejecimiento, la enfermedad y la muerte, la tristeza, las lamentaciones, el dolor, la angustia y la desesperación entran todos en juego; y así es el origen de esta masa entera de tensión”’.
Debido a que se dan cuenta de que el vislumbre de la meta proviene del discernimiento, los entrados-en-la-corriente no se aferran más a costumbres y prácticas. Esto significa que ya no ven la simple adhesión a las costumbres y prácticas como un medio suficiente para alcanzar la meta en y por sí misma, aunque siguen cumpliendo con las costumbres del habla, acción y modo de vida correctos, y con la práctica de jhāna que fomentó su discernimiento en primer lugar. Al ver la eficacia de sus propias acciones, nunca más harán mal intencionadamente. Esto es lo que perfecciona su virtud. Sin embargo, todavía tienen que comprender completamente la práctica de jhāna, y por eso sus mentes permanecen apegadas a los fenómenos—con y sin forma—en los que esa práctica se fundamenta. Como se dice en los textos, están atados al ciclo del nacimiento y muerte por su incompleta maestría de la concentración y el discernimiento, y por los siete grilletes restantes.
En cuanto a los de no-retorno, han dominado jhāna en la medida en que pueden usarlo como un punto ventajoso para observar el surgimiento y el desvanecimiento que acaece en relación con los cinco sentidos, mientras que el placer, plenitud y ecuanimidad que ofrece sirven de apoyo para desarraigar cualquier deseo por los placeres de esos cinco sentidos, junto con todas las sensaciones de irritación que vienen cuando no se satisfacen tales deseos.
Ellos, también, han visto lo inmortal, pero igual que los entrados-en-la-corriente, su discernimiento no es completamente exhaustivo; todavía tienen que dirigirlo hacia el acto de ver: las herramientas—tranquilidad y perspicacia—que conducen a ese discernimiento y los sutiles niveles de pasión y deleite que lo acompañan.
En los textos se expresa este punto de varios modos. En algunos pasajes simplemente se enumeran los grilletes que los de no-retorno deben todavía abandonar: pasión por la forma, pasión por lo informe, presunción, agitación e ignorancia. Otros relatan más las experiencias de lo que está pasando en la mente de los de no-retorno. Al leer esos relatos es posible ver cómo los cinco grilletes de la lista se interconectan: aunque los de no-retorno se han despojado previamente del apego a las perspectivas de la identidad al alcanzar la entrada-en-la corriente, todavía tienen un persistente sentido de la presunción ‘yo soy’ relacionada con los cinco agregados del sustento—que poseen y no poseen forma—que funcionan sutilmente al surgir la tranquilidad y la perspicacia como proceso del devenir; y aunque han ganado suficiente perspicacia sobre los cinco sentidos como para abandonar cualquier apego a ellos, aún padecen de una innegable clase de ignorancia del más sutil nivel del devenir inherente en esa presunción. Esto conduce a una forma refinada de pasión y deleite que los mantienen agitados y atados al sexto sentido: la mente.
‘Se da el caso, Ānanda, en que un monje… entra y permanece en el primer jhāna: plenitud y placer nacidos del retraimiento, acompañados de pensamiento dirigido y evaluación. Considera cualesquiera fenómenos conectados con la forma, sensación, percepción, fabricaciones y conciencia como inconstantes, tensores, una dolencia, un cáncer, una flecha, dolorosos, una aflicción, foráneos, una desintegración, vacíos, no-yo.
‘Se aparta la mente de esos fenómenos, y al hacerlo, la dispone hacia el fenómeno [dhamma] de lo inmortal: “Esto es paz, esto es exquisito—la resolución de todas las fabricaciones; el abandono de todas las adquisiciones; la terminación del ansia; el desapasionamiento; la cesación; el Desatamiento”. Al quedarse allí mismo, alcanza la terminación de las fermentaciones. O si no, entonces—por esta misma pasión por el Dhamma, este mismo deleite por el Dhamma y por la total terminación de los cinco grilletes inferiores—es destinado a surgir espontáneamente [en las Moradas Puras] donde se desatará completamente, para nunca más regresar de ese mundo. [Similarmente con cada uno de los niveles restantes de jhāna.]’
Varios aspectos de nuestro estudio convergen en el pasaje anterior. Para empezar, el acto del discernimiento descrito—disponer la mente a lo inmortal—es idéntico al objeto de la concentración designado por el Buddha en AN 10:6. En consecuencia, éste sería un caso de tranquilidad que ocurre en concierto con la perspicacia (ver MN 149).
Segundo, como lo indica el pasaje en cuestión, la diferencia crucial entre los Arahants y los de no-retorno es si la mente siente o no pasión y deleite por este acto del discernimiento. En este punto, las distinciones relativas al sustento y el aferramiento planteadas al principio del Capítulo III entran sutilmente en juego. Cualquier acto de discernimiento, aun en este nivel, cae bajo los cinco agregados del sustento como conformado de percepción, fabricaciones y conciencia. Si no es visto claramente como lo que es, puede actuar como fenómeno que ofrece sustento (o como fenómeno aferrable). Cualquier pasión o deleite hacia él—y éstos mismos son percepciones y fabricaciones—funciona como aferramiento / sustento refinado en las modalidades de perspectivas (de inferior / superior), absorción mental y el sentido de ‘yo soy’ involucrado en el acto del discernimiento. En consecuencia, la mente todavía contiene las condiciones para el devenir en un nivel sutil, y esto obstaculiza su libertad total.
Sujetos a los dos
al yugo de la sensualidad
y al yugo del devenir,
los seres van al ciclo errante,
que conduce al nacimiento y la muerte.
Aquellos que han abandonado la sensualidad
sin alcanzar la terminación de las fermentaciones,
están sujetos al yugo del devenir,
se dice que son de no-retorno.
Mientras que aquellos que han cortado con la duda
no tienen más presunción
o más devenir.
Ellos, que han alcanzado
la terminación de las fermentaciones,
aunque en el mundo,
han ido más allá.
El Ven. Khemaka, uno de no-retorno, habla poco antes de alcanzar la Arahantería: ‘Así como el aroma de un loto azul, rojo o blanco: si alguien lo llamara el aroma de un pétalo o el aroma del color o el aroma de un filamento, ¿estaría hablando correctamente?’
‘No, amigo’.
‘Entonces, ¿cómo lo describiría si lo estuviera describiendo correctamente?’
‘…Como el aroma de la flor’.
‘Del mismo modo, amigos, no digo que este “yo soy” es forma, ni que este “yo soy” es otro que la forma. No digo que este “yo soy” es la sensación… percepción… fabricaciones…. No digo que este “yo soy” es conciencia, ni que este “yo soy” es otro que la conciencia. Es sólo que para mí, el “yo soy” en relación con los cinco agregados del sustento no se ha quitado, aunque no los considero como “esto soy yo”.
‘Así como una tela, salpicada y manchada, cuyos propietarios la pasan a un lavandero: el lavandero la restriega con tierra salada o lejía o estiércol de vaca. Ahora, aunque la tela está limpia y sin manchas, todavía tiene un persistente aroma residual de tierra salada o lejía o estiércol de vaca. El lavandero se la entrega a los propietarios y éstos la guardan en una cesta de mimbre con incienso, y el persistente aroma residual de tierra salada, lejía o estiércol de vaca es completamente erradicado.
‘Del mismo modo, aunque un noble discípulo ha abandonado los cinco grilletes inferiores, en relación con los cinco agregados del sustento aún tiene una persistente presunción de “yo soy”, un deseo de “yo soy”, una obsesión de “yo soy”. Sin embargo, más tarde, permanece enfocado en el surgimiento y la desaparición en relación con los cinco agregados del sustento: “Tal es la forma, tal su origen, tal su desaparición. Tal es la sensación…. Tal es la percepción…. Tales son las fabricaciones…. Tal es la conciencia, tal su origen, tal su desaparición”. A medida que permanece enfocado en el surgimiento y la desaparición de los cinco agregados del sustento, la persistente presunción de “yo soy”, deseo de “yo soy”, obsesión de “yo soy” en relación con aquellos es completamente erradicado’.
Sólo cuando el discernimiento está tan completamente desarrollado y es tan exhaustivo que carece de presunciones, deseos u obsesiones persistentes por nada—ni siquiera por las fabricaciones de pasión y deleite que condicionan los niveles sutiles del devenir en torno a la experiencia de lo inmortal—puede completar la emancipación de las seis esferas del contacto sensorial que conforman el Todo.
Ven. Moggallāna [poco antes de alcanzar la Arahantería]: ‘En breve, señor, ¿hasta qué punto es un monje—liberado a través de la terminación del ansia—enteramente completo, enteramente libre de cadenas, un seguidor de la vida enteramente sagrada, enteramente consumada: el primero entre los seres humanos y celestiales?’
El Buddha: ‘Moggallāna, se da el caso de un monje que ha escuchado, “Todas las cosas son indignas de apego”. Al escuchar que todas las cosas son indignas de apego, conoce todas las cosas completamente. Al conocer todas las cosas completamente, comprende todas las cosas completamente. Al comprender todas las cosas completamente, en consecuencia, cualquier sensación que experimente—placer, dolor, ni placer ni dolor—permanece enfocado en la inconstancia con respecto a ella, permanece enfocado en el desapasionamiento, enfocado en la cesación, enfocado en abandonar. A medida que permanece enfocado en la inconstancia… desapasionamiento… cesación… en abandonar con respecto a esa sensación, él no es sustentado por [no se aferra a] nada en el mundo. Al no estar sustentado, no se agita. Al no estar agitado, se desata completamente en su interior. Discierne que: “El nacimiento terminó, la vida sagrada consumada, la tarea cumplida. No hay nada más para este mundo”.
‘Es en este sentido, Moggallāna, que un monje, en breve, está liberado a través de la terminación del ansia, enteramente completo, enteramente libre de cadenas, un seguidor de la vida enteramente sagrada, enteramente consumada: el primero entre los seres humanos y celestiales’.
Al conocer el Todo,
de todas partes,
sin pasión
por ningún objetivo en absoluto:
Él, al haber comprendido
el Todo,
ha ido más allá
de toda tensión.
‘Ahora, cuando un monje discierne—como han venido a ser—el origen y la desaparición de las seis esferas del contacto [sensorial], su atractivo, sus desventajas y el escape de ellas, entonces discierne lo que es superior a todas estas cosas’.
‘Con la ignorancia como condición, acontecen las fabricaciones; con las fabricaciones como condición, la conciencia [sensorial]; con la conciencia [sensorial] como condición, nombre y forma; con nombre y forma como condición, las seis esferas sensoriales….
‘No obstante, con la disolución y cesación sin residuo de la ignorancia, las fabricaciones cesan. Con la cesación de las fabricaciones, la conciencia [sensorial] cesa. Con la cesación de la conciencia [sensorial], nombre y forma… las seis esferas sensoriales… contacto… valencia… ansia… aferramiento… devenir… nacimiento cesa. Con la cesación del nacimiento, entonces, envejecimiento y muerte, tristeza, lamento, dolor, angustia y desesperación cesan todos. Así es la cesación de esta masa entera de tensión’.
‘Lo que surge en dependencia del ojo como placer o alegría, ése es el atractivo del ojo. Cualesquier [aspectos] del ojo que son inconstantes, tensores y sujetos al cambio, ésa es la desventaja del ojo. Cualquier sometimiento de pasión y deseo, abandono de pasión y deseo por el ojo, ése es el escape del ojo. [De forma similar con el oído, nariz, lengua, cuerpo e intelecto, y con formas, sonidos, olores, sabores, sensaciones táctiles e ideas.]’
‘A éste, el insuperable, el mayor estado de paz, ha despertado el Tathāgata por la carencia de aferramiento / sustento, al conocer, como han venido a ser, el origen, el desvanecimiento, el atractivo, las desventajas de—y el escape de—las seis esferas del contacto [sensorial]’.
Este insuperable, mayor estado de paz que aparece cuando la mente se emancipa del Todo, es totalmente incondicionado.
‘Hay, monjes, un no nacido—no devenido—no hecho—no fabricado. Si no hubiera ese no nacido—no devenido—no hecho—no fabricado, no habría el caso en que salir de lo nacido—devenido—hecho—fabricado se discerniría. No obstante, precisamente porque hay un no nacido—no devenido—no hecho—no fabricado, salir de lo nacido—devenido—hecho—fabricado así se discierne’.
Donde agua, tierra, fuego y viento no tienen fundamento:
Allí las estrellas no brillan,
el sol no es visible,
la luna no aparece,
la oscuridad no se encuentra.
Y cuando un brāhman, un sabio a través de la sagacidad,
ha conocido [esto] por sí mismo,
entonces de la forma y lo informe,
del placer y el dolor,
está liberado.
Al alcanzar completamente lo incondicionado, la mente ya no cae más bajo la influencia de la tensión y de la inconstancia. Ya no ensimismada, descubre que su sentido de participación y compromiso en todos los procesos de la experiencia se disuelve una vez por todas.
Ven. Nandaka: ‘Hermanas, así como si un experto carnicero o un aprendiz de carnicero, después de matar una vaca, la cortara con un cuchillo afilado de modo que—sin dañar la sustancia de la carne interior, sin dañar la sustancia del cuero—él cortaría, sajaría y separaría sólo los músculos de piel, los tejidos conjuntivos y las ligaduras intermedias; y luego de cortar, sajar y separar el pellejo, y después de cubrir la vaca otra vez con ese mismo pellejo dijera que la vaca estaba realmente unida al pellejo: ¿Estaría hablando correctamente?’
Las Hermanas: ‘No, señor. ¿Por qué?… porque no importa cuántas veces dijera que la vaca estaba realmente unida al pellejo, la vaca todavía estaría desunida del pellejo’.
Ven. Nandaka: ‘Les he dado este símil, hermanas, para comunicar un mensaje. Éste es el mensaje: la sustancia de la carne interior representa las seis esferas sensoriales internas [los sentidos]; la sustancia del cuero representa las seis esferas sensoriales externas [los objetos]. Los músculos de piel, los tejidos conjuntivos y las ligaduras intermedias representan la pasión y deleite. El cuchillo afilado representa el noble discernimiento que corta, saja y separa las impurezas, los grilletes y las ligaduras intermedias’.
Aunque los sentidos y sus objetos están allí igual que antes, se ha cortado el vínculo afectivo fundamental que liga la mente a las sensaciones y el corte significa la libertad incondicional de la mente.
Ven. MahāKaccāyana: ‘En relación con la breve exposición que hizo el Bendito, después de la cual entró en su estancia sin explicar el significado detallado—es decir, “Un monje debe investigar de tal manera que, su conciencia ni externamente dispersa y diseminada ni internamente posicionada, por la carencia de aferramiento / sustento, él no estaría agitado. Cuando… por la carencia de aferramiento / sustento, él no estaría agitado, no hay semilla para las condiciones de futuro nacimiento, envejecimiento, muerte o tensión”—entiendo el significado detallado de esta exposición así:
‘¿Cómo está la conciencia externamente dispersa y difusa, se dice? Se da el caso en que una forma se ve por el ojo, y la conciencia sigue la corriente de [fluye detrás de] la imagen de la forma, está sujetada al atractivo de la imagen de la forma, está ligada al atractivo de la imagen de la forma, está encadenada al atractivo de la imagen de la forma, está engrillada y unida al atractivo de la imagen de la forma: se dice que la conciencia está externamente dispersa y diseminada. [Similarmente con los sentidos restantes.]
‘¿Y cómo está la conciencia no externamente dispersa y difusa, se dice? Se da el caso en que una forma se ve por el ojo, y la conciencia no sigue la corriente de la imagen de la forma, no está sujetada a… ligada a… encadenada a… engrillada y unida al atractivo de la imagen de la forma: se dice que la conciencia no está externamente dispersa y difusa. [Similarmente con los sentidos restantes.]
‘¿Y cómo está la mente internamente posicionada, se dice? Se da el caso en que un monje… entra y permanece en el primer jhāna. Su conciencia sigue la corriente de la plenitud y el placer nacidos del retraimiento, está sujetada a… ligada a… engrillada y encadenada al atractivo de la plenitud y el placer nacidos del retraimiento. O además… entra y permanece en el segundo jhāna. Su conciencia sigue la corriente de la plenitud y el placer nacidos de la concentración, está sujetada a… ligada a… encadenada a… engrillada y unida al atractivo de la plenitud y el placer nacidos de la concentración. O además… entra y permanece en el tercer jhāna… Su conciencia sigue la corriente de la ecuanimidad y el placer…. O además… entra y permanece en el cuarto jhāna. Su conciencia sigue la corriente de ni placer ni dolor, está sujetada a… ligada a… encadenada a… engrillada y unida al atractivo de ni placer ni dolor: se dice que la mente está internamente posicionada.
‘¿Y cómo está la mente no internamente posicionada, se dice? Se da el caso en que un monje… entra y permanece en el primer jhāna. Su conciencia no sigue la corriente de la plenitud y el placer nacidos del retraimiento, no está sujetada a… ligada a… encadenada a… engrillada y unida a la plenitud y el placer nacidos del retraimiento. [Similarmente con los niveles de jhāna restantes.]
‘¿Y cómo se causa la agitación por el aferramiento / sustento? Se da el caso de una persona poco instruida y común… que asume que la forma es el yo, o el yo como poseyendo la forma, o la forma como en el yo, o el yo como en la forma. Su forma cambia y es inestable. Debido al cambio y a la inestabilidad de su forma, la conciencia se altera de acuerdo con el cambio de la forma. Con el surgimiento concomitante de la agitación nacida de esta alteración, la conciencia queda consumida. Entonces, debido a la consunción de la conciencia, él se siente temeroso, amenazado y ansioso. Es de este modo, amigos, que la agitación se causa por el aferramiento / sustento. [Similarmente con la sensación, percepción, fabricaciones y conciencia.]
‘¿Y cómo se causa la ausencia de agitación por la carencia de aferramiento / sustento? Se da el caso de un noble discípulo instruido… que no asume que la forma es el yo, o el yo como poseyendo la forma, o la forma como en el yo, o el yo como en la forma. Su forma cambia y es inestable, pero la conciencia por esa razón no se altera de acuerdo con el cambio de la forma. Su conciencia no está consumida por ninguna agitación concomitante de tal cambio. Debido a que su conciencia no está consumida, él no se siente temeroso, amenazado o ansioso. Es de este modo, amigos, que la ausencia de agitación se causa por la carencia de aferramiento / sustento. [Similarmente con la sensación, percepción, fabricaciones y conciencia.]’
‘Quien es dependiente tiene vacilación. Quien es independiente no tiene vacilación. Al no haber vacilación, hay calma. Al haber calma, no hay anhelo. No habiendo anhelo, no hay ir o venir. No habiendo ir o venir, no hay desvanecimiento o surgimiento. Al no haber desvanecimiento o surgimiento, no hay ni aquí ni allá ni entre-los-dos. Esto, justo esto, es el fin de la tensión’.
‘Al sentir una sensación de placer, él [una persona que ha alcanzado la meta. Ésta es la continuación de la cita de MN 140 en el capítulo tercero] discierne que es inconstante, no agarrada, no disfrutada. Al sentir una sensación de dolor…. Al sentir una sensación de ni placer ni dolor, discierne que es inconstante, no agarrada, no disfrutada. Al sentir una sensación de placer, la siente separado de ella. Al sentir una sensación de dolor…. Al sentir una sensación de ni placer ni dolor, la siente separado de ella. Al sentir una sensación limitada al cuerpo, discierne que “Siento una sensación limitada al cuerpo”. Al sentir una sensación limitada a la vida, discierne que “Siento una sensación limitada a la vida”. Discierne que “Al desintegrarse el cuerpo, después de la terminación de la vida, todo lo experimentado, al no ser disfrutado, se enfriará aquí mismo”.
‘Así como una lámpara de aceite arde en dependencia del aceite y de la mecha, y por la terminación del aceite y de la mecha—y por no ser provisto de ningún otro sustento—sin nutrimento se apaga; del mismo modo, al sentir una sensación limitada al cuerpo, discierne que “Siento una sensación limitada al cuerpo”. Al sentir una sensación limitada a la vida, discierne que “Siento una sensación limitada a la vida”. Discierne que “Al desintegrarse el cuerpo, después de la terminación de la vida, todo lo experimentado, al no ser disfrutado, se enfriará aquí mismo”.
‘Entonces, un monje así dotado está dotado de la más alta determinación por el discernimiento, ya que esto—el conocimiento de la terminación de toda tensión—es el noble discernimiento más alto.
‘Su libertad, cimentada en la verdad, no fluctúa, porque cualquier cosa delusoria es falsa. El Desatamiento—lo no delusorio—es veraz. Entonces, un monje así dotado está dotado de la más alta determinación por la verdad, ya que éste—el Desatamiento, lo no delusorio—es la noble verdad más alta.
‘Aunque con anterioridad neciamente había asumido y llevado a cabo adquisiciones (mentales), ahora las ha abandonado, su raíz destruida, hechas como un tocón de palma, privadas de las condiciones para su desarrollo, no destinadas a surgir en el futuro. Entonces, un monje así dotado está dotado de la más alta determinación por abandonar, ya que esto—abandonar todas las adquisiciones—es el noble abandono más alto.
‘Aunque con anterioridad neciamente tenía codicia—y también deseo y capricho—ahora los ha abandonado, su raíz destruida… no destinados a surgir en el futuro. Aunque con anterioridad neciamente tenía malevolencia—y también mala voluntad y odio—ahora los ha abandonado…. Aunque con anterioridad neciamente tenía ignorancia—y también engaño y confusión—ahora las ha abandonado, la raíz destruida, hechas como un tocón de palma, privadas de las condiciones para su desarrollo, no destinadas a surgir en el futuro. Entonces, un monje así dotado está dotado de la más alta determinación por la calma, ya que esto—calmar las pasiones, aversiones y engaños—es la noble calma más alta.
‘“Él se ha aquietado donde las corrientes de la suposición no fluyen; y cuando las corrientes de la suposición no fluyen, se dice que él es un sabio en paz”: así se ha dicho. ¿En relación con qué se ha dicho? “Soy” es una suposición. “Soy esto” es una suposición. “Seré” es una suposición. “No seré”… “Poseeré una forma”… “No poseeré una forma”… “Seré perceptivo”… “No seré perceptivo”… “Seré ni perceptivo ni no perceptivo” es una suposición. Suponer es una dolencia, suponer es un cáncer, suponer es una flecha. Al ir más allá de toda suposición, él es llamado un sabio en paz.
‘Y además, un sabio en paz no nace, no envejece, no muere, no se agita y está libre de anhelo. No tiene nada por el cual podría nacer. Sin nacer, ¿envejecerá? Sin envejecer, ¿morirá? Sin morir, ¿estará agitado? Al no estar agitado, ¿qué anhelará? Fue en relación con esto que se ha dicho: “Él se ha aquietado donde las corrientes de la suposición no fluyen; y cuando las corrientes de la suposición no fluyen, se dice que él es un sabio en paz”’.
Ven. Sāriputta: ‘¿Y cómo, amigo, está la mente de un monje bien compuesta por medio de la conciencia? “Mi mente está sin pasión”—su mente está bien compuesta por medio de la conciencia. “Mi mente está sin aversión”…. “Mi mente está sin engaño”…. “Mi mente no está sujeta a la pasión”… “a la aversión”… “al engaño”…—su mente está bien compuesta por medio de la conciencia. “Mi mente está destinada a no regresar a estados de sensualidad”… “a estados de forma”… “a estados informes”—su mente está bien compuesta por medio de la conciencia.
‘Incluso si formas poderosas cognoscibles por el ojo aparecen en el campo visual de un monje cuya mente está correctamente liberada, su mente no está ni subyugada ni siquiera está involucrada. Quieto, habiendo alcanzando la imperturbabilidad, se enfoca en su desvanecimiento. Incluso si sonidos… olores… sabores… sensaciones táctiles…. Incluso si ideas poderosas cognoscibles por el intelecto aparecen en el campo mental de un monje cuya mente está correctamente liberada, su mente no es ni subyugada ni siquiera está involucrada. Quieto, habiendo alcanzando la imperturbabilidad, se enfoca en su desvanecimiento.
‘Así como si hubiera una columna de piedra, dieciséis palmos de altura, de los cuales ocho estuvieran sumergidos bajo tierra, y luego, desde el Este, viniera una poderosa tormenta de viento: la columna ni vibraría ni se estremecería ni temblaría. Y si luego, desde el Oeste… el Norte… el Sur, viniera una poderosa tormenta de viento: la columna ni vibraría ni se estremecería ni temblaría. ¿Por qué? Por la profundidad de la base y lo bien enterrada de la columna de piedra. Del mismo modo, amigo, incluso si formas poderosas cognoscibles por el ojo aparecen en el campo visual de un monje cuya mente está correctamente liberada… etc… su mente no es ni subyugada ni siquiera está involucrada’.
En todos lados
el sabio
independiente
no hace de nada querido o no querido.
En él
lamento y egoísmo
como agua en un loto blanco
no se adhieren.
Como una gota de agua en una hoja de loto,
como agua en un lirio rojo,
no se adhiere,
así el sabio
no se adhiere
a lo visto, lo oído o lo sentido;
ya que, purificado,
no supone
en conexión
con lo visto, lo oído o lo sentido.
De ninguna otra manera
desea la pureza
ya que ni acoge la pasión
ni la guarda.
Esta libertad radical—sin apego a la sensación, no tocada por el poder de la pasión, aversión y engaño—es el Desatamiento experimentado en la vida presente.
Hermana Pāṭācārā:
Al lavar mis pies, noté
el
agua.
Y en observarla fluir de arriba
hacia
abajo,
mi corazón estaba compuesto
como un caballo de primera categoría.
Entonces, tomando una lámpara, entré en la cabaña,
revisé las sábanas,
me senté en la cama.
Y tomando un alfiler, saqué la mecha:
como el desatamiento de la llama
fue la liberación
de la conciencia.